"España no va a dejar de lado al pueblo haitiano", dijo la vicepresidenta del gobierno español nada más pisar el suelo del mismo infierno... Y digo yo, ¿es que Haití vivía una luna de miel antes de aquel fatídico terremoto?.
A los políticos se les llena la boca diciendo que "no les vamos a fallar", las celebrities se desviven por cantar en un maratón solidario para que todos hagamos nuestra particular donación... Muy bien, es nuestra obligación ayudarles ahora que pasan por una situación límite pero, ¿qué pasará dentro de un año cuando ya no salga en las noticias?, ¿seguiremos haciendo maratones para ayudar a las miles de personas que seguirán sumidas en la más triste de las pobrezas?. Ese país ya era pobre mucho antes de sufrir el terremoto y nadie se preocupaba por él... Y como Haití, decenas de países repartidos alrededor del mundo que, sin sufrir sacudidas naturales, lloran cada día la muerte de cientos de personas que no tienen nada que llevarse a la boca. Pero eso no vende ni da votos...
Y lo peor de todo es que hay quien se lo cree y se piensa que ya se ha ganado el cielo por mandar un SMS con la palabra ayuda... Y desde luego que me parece estupendo que la gente se mueva y se sensibilice (más lamentable sería que ni siquiera en una situación así hiciéramos nada), pero lo que me carcome es que permanezcamos impasibles cuando sabemos que el Real Madrid, por ejemplo, ha pagado 94 millones de euros por el fichaje de Cristiano Ronaldo; o que un simple David Bustamente se ha comprado una mansión en Madrid por 3 millones de euros (¡y se quejan de la piratería!); o que la socialista Leire Pajín gana 20000 euros al mes mientras alza, eso sí, el puño en aras de la revolución.
Si Haití no hubiera sido tan pobre, la tragedia hubiese sido infinitamente menor... Pero para que eso hubiera ocurrido, nosotros deberíamos haber sido menos ricos... Pero ¿quién está dispuesto a rebajar drásticamente nuestro nivel de vida para equilibrar la riqueza en el mundo?. No basta con ayudar durante un mes a un pueblo devastado, porque lo que viene después seguirá siendo un foco de pobreza y delincuencia. Pero es que es siempre lo mismo: un día los políticos nos dicen que hay que consumir menos porque estamos agotando los recursos del Planeta, y al día siguiente El Corte Inglés nos anuncia las rebajas a bombo y platillo; un día Occidente lucha contra el terrorismo y al día siguiente, le vendemos armas a la guerrilla colombiana.
Este es el mundo que entre todos hemos creado. Una sociedad hipócrita que inevitablemente, hemos aceptado como válida porque en realidad, con crisis o sin ella, no nos va tan mal aún sabiendo que hay gente que se limpia el trasero con billetes de 100.
Eso sí, cuando hay una tragedia sonada todos nos volcamos con los pobres desfavorecidos... Palabras, pancartas y eslóganes... Después todo se olvida y cada uno vuelve a su vida de lujo: las estrellas de Hollywood a sus mansiones en Miami, los políticos a sus escaños de cuero y nosotros, a jugar a la PlayStation en nuestro plasma de 40 pulgadas. Y mientras, la población de Indonesia sigue sufriendo los efectos del tsunami (¿alguien se acuerda?), los indigentes siguen durmiendo en las calles y las pateras siguen llegando cargadas de almas errantes...
Pero entre tanta mala hierba todavía hay sitio para los que aún creen en el ser humano: aquellos que salvan vidas con sus propias manos, aquellos que besan la frente de los niños mutilados o aquellos, que lo arriesgan todo por aliviar el dolor a un puñado de enfermos. Sin embargo, en los medios seguirás viendo cómo una pandilla de ignorantes le piden autógrafos a Joan Laporta. Unos por ignorantes y otros por hipócritas. Nosotros vivimos a cuerpo de rey porque hay gente que se muere de hambre, esa es la única realidad.
La fotografía la he sacado de flickr.com, que en realidad no tiene nada que ver con Haití pero me parece significativa; la canción, toda una joya de los noventa: Streets of Philadelphia, de Bruce Springsteen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario