Os enseño ahora otros dos imagotipos:
Este primero corresponde a una frutería de Zaragoza. Como veis en esta ocasión, por exigencia del cliente SI se reconoce una figura, concretamente, un boletus (un tipo de seta). En estos casos, lo que el diseñador tiene que encontrar es el límite entre lo reconocible y lo sencillo (que no simple). Vamos, que de ninguna manera podíamos plantar un boletus con sus estrías, sombras y textura en un diseño para un imagotipo.
El imagotipo que os muestro ahora es, realmente, el primero que hice de manera oficial. El proyecto se trataba de realizar la imagen gráfica corporativa de la instalación cubierta de un club deportivo, y aunque era un proyecto real, no llegó a utilizarse nunca (una pena):
Se reconocen perfectamente a dos figuras pero de manera tan sencilla que cualquiera se puede sentir identificado con ellas... De eso se trata. Aunque a veces, el hecho de reconocer a alguien es una necesidad (véase Universidad de Frankfurt).
Y es que cuanto más sencillo, más fácil de recordar. Si podemos representar algo con un trazo, mejor que con dos...
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